Me alegro mucho de que hayamos podido llegar al recinto con este proyecto, y quiero felicitar al diputado Ponce por el empuje con este tema. Este proyecto, que a vuelo de pájaro parece simple, no lo es tanto.
Hace tiempo que venimos marcando estas cosas, porque vivimos en un país en donde muchísimas de las discusiones no son sinceras. Y no me refiero a que se dice una cosa y se hace otra, que es algo que en esta Cámara vemos todo el tiempo, como con el presupuesto, que luego de tanta austeridad que planteaba Cambiemos, pidió 300 plantas para la AGN que controla.
Hay temas que se esconden. ¿Dónde queda este proyecto? Me refiero a que se tiran debajo de la alfombra a propósito muchos temas que se sabe que son deudas, que se sabe que son importantes y que se sabe el peso que tienen en nuestra sociedad. Hay muchos temas en nuestro país que se esconden para dejar todo como está. Eso no implica que no pasa nada, sino que los que están aprovechándose hace mucho tiempo del silencio, siguen aprovechándose. El negocio atrás. Este proyecto viene a tocar un tema de esos. Hace muchos años que se esconden los bancos, inventando todo tipo de excusas incomprensibles y generándose problemas que solo impactan en las demoras, pero no impactan en nada más casualmente. Alegando la quiebra inmediata, pero justo sin tener ningún dato concreto para siquiera apuntar a eso.
Todo es rápido en la era digital: los cobros, los intereses; todo, menos los pagos de las grandes empresas. Ellas se toman su tiempo. Lo vemos aquí, como lo vemos en el Poder Judicial, como lo vemos con los compromisos de obras de las empresas públicas.
Lo que se plantea aquí es muy simple: que si el banco cobra inmediatamente del consumidor, le transfiera al que hizo la venta de la misma manera.
¿Por qué demoran las entidades bancarias? No por problemas técnicos, que no los hay; no los pueden siquiera justificar ellos, aunque lo digan una y mil veces. Demoran porque hacen negocio con el tiempo y el dinero de los demás. Esto se ve hace mucho tiempo.
Hay otros que hacen estos negocios. Lo hacen algunos bancos debitando los montos de las tarjetas antes de la fecha de vencimiento. Lo hacen las billeteras electrónicas, como la de Mercado Libre, que directamente pone los fondos en fideicomisos, incluso por el término de días. Todo esto a espaldas del consumidor y del comercio que realiza la venta. Pura intermediación financiera que implica una transmisión de fondos enorme de los consumidores y comerciantes pequeños a la banca y a las grandes empresas financieras, que terminan siendo incluso las que se dedican a ventas.
Nosotros estamos acá para proteger a los comercios pymes y a los consumidores.
Los grandes que hagan negocios dando mejores servicios, y no nada más que con el tiempo y dinero ajeno. Porque no estamos acá ante un abuso nada más, es mucho más que eso.
Hace mucho tiempo que los grandes operadores financieros, en nuestro país y lamentablemente en el mundo, vienen trabajando más para sacarle recursos a la gente a la fuerza con trampas como esta que dando financiación en serio, o servicios para el público. Y mientras sea más rentable aprovechar su situación de poder, así va a seguir siendo.
Necesitamos dar estas discusiones económicas. Por eso, el centro del problema está justamente en eso. ¿Cuánto tiempo más vamos a seguir ocultando estas discusiones.
Tenemos este problema con cualquier aspecto que toque a algunos sectores: los bancos, las empresas de seguros, el Poder Judicial, las grandes empresas de internet.
No podemos seguir escondiendo los problemas, porque el costo lo paga la gente.
Voy a dar algún ejemplo concreto, porque si no parece que no hay problemas como estos.
La ley de seguros es la misma norma que rige este sector desde hace más de cincuenta años, con apenas algunos cambios. Los juzgados están estallados de casos idénticos e incumplimientos de estas empresas. Y jamás se puede siquiera iniciar a hablar del tema por el lobby.
Las acciones colectivas se incluyeron en nuestra Constitución y desde 1994 que esperan que demos algún paso para regularlas. Pero jamás podemos discutirlas, por el lobby.
La ley de tarjetas de crédito se dictó hace más de veinte años, y cada vez que se quiere tocar, justo hay problemas, y necesitamos más tiempo, y tenemos que analizarlos más y bla bla bla. Jamás podemos resolver nada, por el lobby.
La ley de entidades financieras y lo que atañe a las que quedan afuera, que viven de los préstamos a los que menos tienen, mucho peor, porque mueven la economía todos los días, están atrás de todas las corridas y especulaciones, pero justo nunca es el momento, y no parece que podamos avanzar en esto, por el lobby.
Yo vengo a dar las discusiones en este Congreso. No me interesa discutir todo a puertas cerradas. No vengo al Congreso a dejar todo como está, vengo a mejorar la vida de los que me votaron.
¿Qué quiero decir con que no se dan las discusiones de cara a la gente? El manejo de la agenda. Yo sigo esperando que este Congreso se abra realmente, porque lo tenemos abierto en parte, pero no en serio.
Este año ha sido de un trabajo intenso, realmente un orgullo. Creo que hemos tenido más sesiones este año que en cualquier otro que me ha tocado estar aquí. Pero no hemos tenido una sola sesión ordinaria.
Los temas en comisiones, en especial para los interbloques del centro, son de difícil discusión. No se están dando los debates en comisión, se guardan para mejor momento.
Y yo les vengo a decir que no podemos seguir esperando. Que ese mejor momento nunca llega. Que las sesiones de consenso, cuando las posiciones son contradictorias y perjudican a los que menos voz tienen, no pueden ser la regla. Que tenemos que dar las discusiones, aunque se enojen algunos.
Los temas económicos tienen que ser motivo también de gestas. ¿Porque saben qué? Todos los fondos que se llevan los grandes con estas trampas, con el poder y el abuso, no son un tema menor. Es el tiempo de los consumidores. Es el esfuerzo de los trabajadores y de nuestras pymes. Es romper nuestro mandato democrático, porque nuestro objetivo es defender a los que menos poder tienen. Los otros que vengan a hacer lobby cuando quieran.
Quiero que este Congreso discuta muchos más proyectos como este. No podemos esperar más.
El problema es claro: los que tienen la manija del poder económico nunca quieren que las cosas cambien. Ellos ya hicieron las reglas y ya están ganando.
Nosotros venimos a representar a los trabajadores y a los consumidores, a los que viven en los barrios sin gas, sin agua y sin calles, a los que mandan a sus hijos a la escuela pública y quieren progresar, y a las pymes que quieren poder competir mano a mano. A los que están en la sartén, y no los que agarran el mango.
¿Qué queremos discutir en concreto? Nosotros necesitamos discutir los temas molestos para estos grupos concentrados.
Queremos una ley de sobreendeudamiento de los consumidores y una ley de quiebras que proteja a las pymes. Queremos discutir sobre la tarifa para zonas frías que están sin protección y pagando facturas impagables.
Queremos una ley de acciones colectivas para poder defendernos juntos de los ataques de los que tienen el poder.
Queremos que los servicios públicos sean un servicio y tengan una tarifa y no un precio, y queremos regular los servicios de internet y de telefonía celular.
Queremos regular a los intermediadores del comercio electrónico.
Tenemos muchos temas que incomodan y que sabemos que son molestos para mucha gente, tanto del oficialismo como de la oposición.
Pero no estamos acá para pasarla bien, agradar o hacer amigos. Estamos acá para lograr reivindicaciones y una sociedad más vivible para todos, pero en especial para los que más la sufren todos los días.
¿Qué queremos decir con que con el silencio ganan algunos? Quiero terminar con un tema que marca clarito estos silencios, que espero que en la nueva normalidad que vamos a arrancar se terminen, y espero que dejemos de “acordar” en el mal sentido de la palabra con algunas oposiciones que buscan proteger al rico.
Necesitamos mirar a los que están ganando plata con esta cuarentena y las medidas que se tomaron para proteger a nuestra población. Porque hace meses que estamos viendo cómo atemperar los daños económicos de una decisión sanitaria que acompañamos y vamos a seguir acompañando.
Pero seamos claros: en toda crisis, y esta no es distinta en este aspecto, algunos pierden, pero les aseguro que otros ganan.
¿Saben quiénes fueron los que más ganaron? ¿Quiénes acapararon mercados que nunca habían podido tocar? ¿Quiénes se llevaron ingresos de sectores que eran totalmente reacios a acordar?
Las empresas de intermediación en el comercio electrónico. Estas empresas están haciendo, con el sufrimiento y hundimiento de miles de empresas pequeñas y a su costa, fortunas inmensas en meses, tanto por morder un pedazo de cada venta o por la publicidad que una y otra vez nos muestran y que muchas pymes han tenido que pagar para poder adaptarse a esta situación.
Acá estamos hablando de jugadores contados con la mano, que están ahogando a miles de pymes: Mercadolibre, Pedidos Ya, Globo y otras empresas como Facebook o Google.
No podemos tener media solución, porque acá, si algunos ganan con la cuarentena, se está haciendo una enorme injusticia. Primero, no solo la población hace un esfuerzo y paga un costo económico y social alto para cuidarnos entre todos, sino que algunos vivos encima se enriquecen a su costa.
El aislamiento no se dictó para distribuir riqueza sino para cuidar la vida.
No puede haber un peso que se lleve algún vivo como beneficio indirecto de la medida.
Para ir cerrando, espero que abramos las discusiones, y si quieren enojarse algunos grupos, bienvenido sea. A mí no me molesta que me ataquen, porque mientras vaya para donde tengo que ir, son parte de la lucha. Ya estoy acostumbrado.
A los que se esconden atrás y viven del lobby y de callar las discusiones les digo: que vengan a este Congreso a discutir qué país quieren y para quién lo quieren.
¿Porque saben qué? En una democracia en serio, ellos pierden. Lo vimos al discutir este proyecto: no tenían nada que decir. No podían contestar. No tenían argumentos para dar en público. Pero por atrás, agazapados, pueden lograr cosas, normativas del BCRA o que se demoren los proyectos.
Nosotros sabemos para qué vinimos a este Congreso, y vamos a ir a estas discusiones a defender a los que nos toca.
Ocultando las discusiones, algunos vivos se paran como “la verdadera oposición”, cuando trabajan todos los días para los ricos, engañando a los pobres.